Algo se mueve entre tus manos
por: Daniel Acosta
Criaturas
Anahí Flores
Alto Pogo
Buenos Aires, 2018
145 pp.
Criaturas es un libro que responde, fomenta, la ansiedad lectora al estar compuesto por cuentos cortos o, en el último cuento —más largo— capítulos acotados. Esto, sumado al trabajo de las temáticas más íntimas —maternidad, familia, enfermedad, soledad—, hace que estas lecturas puedan inmiscuirse con cierta facilidad en pequeños instantes cotidianos: entre los fideos cocinándose, un trecho de un viaje en colectivo, alguna sala de espera. Y, a su vez, es en esos escenarios que habitamos que los cuentos suceden. Leemos lo que habitamos, o lo que nos habita.
Son quince cuentos. Además de la ya nombrada brevedad y tratamiento de lo cotidiano/íntimo, podemos ver otros dos aglutinantes: por un lado, el hecho que sus protagonistas sean mujeres, por el otro, el tratamiento —a veces más, a veces menos— cercano al género fantástico. Pero al mismo tiempo, la variedad de recursos técnicos hace que cada relato se vuelva atrapante por sí mismo, en cada uno de ellos el narrador tiene una estrategia distinta para llevarnos donde quiere, agregando incomodidad ante cada página que pasa.
El pacto lector con la intimidad de los personajes nos lleva a acompañarlos, a veces a nuestro pesar. Esta sensación es notoria en el último de los cuentos, "Láctea", donde se crea un ambiente de tanta tensión a lo largo de cada capítulo que avanzamos sin querer hacerlo del todo. La tensión se disfraza de burocracia kafkiana en "Altos asuntos" o "La vacante", de absurdo en "Paredes blancas y altas", de fantástico en "Aniversario", volviéndose el hilo conductor de estos cuentos.
No esperes que cierren de una única forma. Se trata de una serie de cuentos que buscan interpelar al lector, dejarte al menos dos preguntas abiertas: hacia dónde podría continuar el relato y, tal vez más inquietante, ¿es normal esto que estoy observando a mi alrededor? Nuestra realidad, esa que damos por sentada, entonces, cobra una nueva perspectiva incluso ahí donde no está pasando nada. ¿Realmente no está pasando nada?
El arte de tapa y el diseño interior acompañan en este sentido: ¿alguien puede leer tranquilo sabiendo que esas criaturas están al al alcance de su mano? O mejor dicho, que vos estás al alcance de ellas. Pero, creamosle a lo que dice el arranque del primer cuento: "No te preocupes, la sensación de ahogo pasa".
Al menos por un rato.
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Anahí Flores nació en otoño y cree que eso es una buena señal: ni mucho frío, ni mucho calor.
Pasó mucho tiempo en Brasil, tiene treinta años de vegetariana y vive en Buenos Aires con su hija Sofía.
Hizo, por mucho tiempo, artes plásticas, danza, mimo-teatro y Yí´ga.
Cursó la carrera de escritura creativa en Casa de Letras (2009-2010).
Sus libros publicados son: Ciertas horas de la primavera (La Carretilla Roja, 2017), Se durmió y otros poemas (Bajo la Luna, 2015), Todo lo que Roberta quiere (Textos Intrusos, 2013), Catalinas Sur (Eloisa Cartonera, Buenos Aires, 2012) y Limericks cariocas (Caki Books Editora, Rio de Janeiro, 2011).
Tiene dos plaquetas de poemas: Boomerangs, que salió con la revista Letra Clara (Granada, 1998) y La plaza, de Paisanita Editora (2013). Recientemente apareció Fantasmal, una plaqueta de cuentos en co-autoría con Maumy González, (La Aquateca, 2016).
Entre 2003 y 2010, publicó seis libros sobre la filosofía del Yí´ga, en Brasil y Argentina.
Algunos de sus cuentos y poemas aparecen en antologías o recibieron premios y menciones en: Argentina, Brasil, México, España, Perú y República Checa.
í‰stas son algunas de esas antologías: Buenos Aires no duerme (del Gobierno de la ciudad de Buenos Aites, 1997), En frasco chico (Colihue, 2004), Bendito sea tu cuerpo (Ventana Andina Fondo Editorial, Perú, 2008), La mujer rota (Literalia Editores, México, 2008), Canciones (Ediciones Presente, 2013), Lecturas + prácticas del lenguaje 3 (Estación mandioca, 2015), El cuento, una pasión argentina (Ediciones Desde la Gente, 2016).