Un ensayo literario

Un ensayo literario

Autoayuda para Snobs. Diálogos en una cafeterí­a moderna.

Daniel Molina

Paidós

Buenos Aires, 2017

302 pp.

Esta reseña se publicó en el suplemento literario del diario Perfil el 23 de Julio de 2017

 

A lo largo de las páginas de este libro se puede leer el homenaje y la deuda que Molina tiene, sobre todo, con cuatro autores: Oscar Wilde, Jorge Luis Borges, Friedrich Nietzsche y Michel Foucault. Y en la recuperación de esa tradición se dibuja el gesto que el libro en su conjunto pone en acto: el tono de escritura propio del ensayo literario como género.

Me explico: este libro no es un conjunto de piezas ensayí­sticas. Tampoco es un tratado más o menos sistemático sobre algún tema. Mucho menos, un libro periodí­stico. No. Molina practica la improvisación aparentemente libérrima que siempre tuvo el ensayo literario: ese tono ligero que bucea en cualquier circunstancia efí­mera para dar algún golpe de iluminación que convierta, de pronto, lo trivial en necesario. La frase ocurrente y enigmática de Wilde, el amateurismo casi militante de Borges, el tono epigramático de Nietzsche y la sensibilidad por lo marginal de la cultura establecida de Foucault, son los patrones estilí­sticos que el autor se encarga de desplegar.

De este modo, Molina consigue hacernos cómplices de su pensamiento aún en zonas donde el riesgo a la trivialización más abyecta, se hace patente. Los temas se suceden unos a otros como si se tratara de una conversación inteligente (el subtí­tulo reza: Diálogo en una cafeterí­a moderna) y algo disparatada: el cine de Steven Spelberg, Lilita Carrió, el kirchnerismo, el macrismo, el orgullo gay, la historia del amor en occidente, problemas clásicos de la filosofí­a: la identidad, las redes sociales, el cinismo, la ironí­a, la ficción, la autoayuda, etc. La unidad del libro, sin embargo, no está dada por el contenido de sus reflexiones (que resulta variado, asistemático) sino por el estilo: usar la liviandad de la escritura literaria para dejarse llevar por los vericuetos propios de un pensamiento que se reconoce como en perpetuo movimiento.

Así­, el libro consigue lo que siempre consiguió el ensayo literario cuando se lo practicó con inteligencia: dinamitar el centro más concentrado del lugar común.

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Varias veces hablás tu experiencia como preso polí­tico, en fin: ¿qué relación hay entre ese hecho y el tipo de pensamiento que sostenés ahora?

No sé. Yo soy otro. Hay un desajuste en mi vida por haber estado 10 años preso. Hay momentos que me siento de 20 años y otros de 80. Casi nunca siento los 60 que realmente tengo, salvo cuando voy a ver a mi médico y todos los achaques que tengo son los de esta edad. Estoy desfasado, pero no sabrí­a qué significa eso. Quizá que tengo una escucha más atenta a las cosas nuevas que suceden (veo que mis amigos de mi misma edad son menos tolerantes con lo nuevo). Hoy no creo en casi nada de lo que creí­a en 1974 cuando fui preso, pero ¿alguien hoy cree en lo que se creí­a por aquellos años? Lilita es uno de los peores males de la polí­tica argentina, o algo así­. Gran frase que me gustarí­a que dijeras algo. Lilita en mi escritura, en mi libro, no es más que un signo. Como persona no me interesa. No critico la vida de las personas. Pero ella en tanto signo polí­tico es la cara del fascismo más autoritario. Divide el mundo entre los ángeles buenos (que ella dirige) y los malvados, que son los que ella y su brigada de los buenos deberí­a matar. Todos los autoritarismos más atroces (desde la Inquisición hasta los asesinatos de Pol Pot) se instauraron bajo esta lógica que impone Lilita: "Yo soy el Bien".

¿Qué pensás de esa paradoja de ser un escritor considerado, (bastante considerado por la crí­tica y el ambiente), que publica su primer libro recién en la madurez?

Respeto mucho el tiempo y la paciencia del lector y por eso nunca quise escribir un libro. Creo que se publica demasiada estupidez y que los medios están saturados de imbecilidad. Pero soy humano y terminé publicando un libro. Por lo que me cuentan los lectores en las redes sociales, no lo hice tan mal. Quise que fuera fácil de leer y que, a la vez, fuera interesante, profundo, divertido y original. Si lo logré o no, lo dirá el que lo lea. Y cada uno pensará, posiblemente, cosas distintas. Eso es lo maravilloso de la aventura de lanzar una botella al mar bajo la forma de un nuevo libro. ¿Cómo definirí­as el concepto de arte? El arte es un relámpago estremecedor que en medio de la noche más oscura nos aterroriza con el trueno ensordecedor y que, durante un instante, nos permite vislumbrar la luz de la esperanza. El arte sana y salva, pero a condición de dejarse arrastrar por la aventura de lo nuevo, de lo impensado, de lo que nos cuestiona, nos desnuda y nos desampara.

 

Daniel Molina es escritor y crí­tico de arte argentino, ganador del Premio Konex 2007 y licenciado en Letras con diploma de honor de la UBA. Integró, entre 1993 y 2003, el equipo de edición del suplemento cultural del diario Clarí­n. También suele escribir artí­culos en diversos diarios, entre los más destacados La Nación, Clarí­n, Perfil y Página/12. Es director general de las áreas de Letras y Cultura Web en el Centro Cultural Rojas.